¿Por qué nada me motiva últimamente?

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Si te has preguntado porque nada te motiva últimamente, de seguro este artículo te puede ayudar.

Los últimos tiempos han sido algo  difíciles, la vida en sociedad como la conocíamos hasta ahora ha sufrido grandes transformaciones, debido fundamentalmente a la covid y sus consecuencias.  No es de extrañar entonces que en ocasiones hayas perdido la motivación y la apatía, y la pereza se apodera de nuestras horas.

¿Qué es la motivación?

Generalmente, al hablar de motivación nos referimos a las fuerzas internas o externas que actúan sobre nosotros para disparar, dirigir o sostener una determinada conducta. En términos técnicos, muchos autores la definen como “la raíz dinámica del comportamiento”, lo cual quiere decir que toda forma de conducta nace en algún tipo de motivo.

Dicho en términos más sencillos, la motivación es la energía que nos empuja a emprender o sostener una acción. Su desaparición viene acompañado generalmente el abandono de lo que se hace. Por eso, es mucho más difícil alcanzar nuestros objetivos cuando se carece de motivación.

La motivación la que nos permite crear hábitos, intentar cosas nuevas, sostener el esfuerzo en alguna tarea que consideremos gratificante o productiva, e incluso es necesaria para satisfacer determinadas necesidades fundamentales.

El estudio de la motivación comprende diversas perspectivas y aproximaciones. A grandes rasgos, podemos identificar cuatro distintas teorías en torno al tema:

    Teoría del contenido.

Propone la comprensión de la motivación en base a su vínculo con las necesidades humanas, tal y como las comprendía Maslow en su famosa pirámide, en la que representaba la jerarquía de las necesidades humanas. Así, según este abordaje de la motivación, detrás de ella se halla siempre algún tipo de necesidad insatisfecha.

    Teoría del incentivo.

Esta aproximación supone la motivación como el fruto de un estímulo material o de otra naturaleza, que incide sobre la conducta de manera positiva (incitando a la acción) o negativa (inhibiendo la acción). Dichos estímulos se denominan reforzadores, y sus efectos serán, respectivamente, refuerzos positivos (ofrecen la posibilidad de una recompensa) o negativos (ofrecen la posibilidad de un castigo).

    Teoría de la reducción de pulsiones.

Esta teoría parte de la consideración de que los seres humanos tenemos pulsiones básicas fundamentales (hambre, sed, etc.) que, conforme pasa el tiempo, cobran fuerza y motivación si se encuentran insatisfechos, y del mismo modo al satisfacerse pierden fuerza, o sea, se reducen.

    Teoría de la disonancia cognitiva.

No es exactamente una teoría sobre la motivación, pero se puede aplicar a la misma. Establece que los individuos intentan activamente disminuir su sensación de disonancia subjetiva respecto al mundo que los rodea, a sus propios deseos o sentimientos, y a los demás. Es decir, las personas tienen un impulso motivacional que las lleva a emprender acciones para subsanar de manera directa o indirecta otras dolencias y percepciones.

Por un lado, la motivación es la fuente de energía para completar las tareas que nos hemos propuesto. Por otro lado, es un factor que influye en otras variables emocionales como el estrés, la autoestima, la concentración, entre otras.

Pero en el ámbito cotidiano, la posibilidad de mantenernos motivados es fundamental para poder desempeñar muchas de las tareas que, de una manera u otra, nos suponen algún tipo de esfuerzo o de postergación del placer. Es tan simple como que, sin motivación, la acción se hace difícil, lenta o insostenible en el tiempo.

Por ejemplo, una persona que se disponga a dejar de fumar, podrá hacerlo con mayor o menor facilidad dependiendo de las motivaciones internas y externas que posea.

Sus motivaciones pueden ser diversas. Por ejemplo, puede sentirse motivado por presiones sociales. O porque el médico le advirtió que posee una enfermedad que el cigarrillo agravaría. Otra motivación sería que su pareja le impuso un ultimátum. Dependiendo de los valores del individuo, le resultará más o menos motivante cada escenario.

Es importante que nos hagamos las preguntas precisas para rescatar las motivaciones que tenemos dentro para poder seguir con nuestras vidas y no dejar que situaciones externas como las restricciones por la pandemia impidan que continuemos avanzando, en nuestras metas y propósitos.

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