En los últimos años, el coaching se a convertido en una herramienta común en el empoderamiento de las personas. Con un mayor foco, en emprendedores y ejecutivos que quieren adquirir habilidades o herramientas para mejor su trabajo. El coaching se ha extendido como la pólvora, con la premisa de que el cliente tiene todas las respuestas, y la misión del coach es generar el contexto para que el cliente encuentre e identifique sus objetivos.
Sin embargo, muchas personas han utilizado el termino de coaching para realizar algunas prácticas que no tiene mucha relación con la disciplina, haciendo que la profesión en algunos casos sea considerada una «intrusión» con la labor del psicólogo y en algunos clientes no halla generado los resultados que se plantearon.
Una de las diferencia básica entre un coach o psicólogo radica en que, mientras el psicólogo se centra en la resolución de un problema en base a una patología, el coaching “pone el foco en el aprendizaje, y el desarrollo de la persona, un mundo al que la psicología no se había acercado”.
Lo que no puede hacer un coach es abordar problemas sanitarios, como la depresión, adicciones porque no están autorizados.
En estos ejemplos extraído del libro de Leonardo Wolk, se ven unos ejemplos de cómo abordaría un psicoterapeuta y un coach:
Caso 1:
Una persona trae como tema lo que llama su “inconstancia”. Dice que deja cosas sin concluir, que suele engancharse navegando por internet y posterga “lo necesario”.
Como psicoterapeuta: se le pide asociaciones, se indaga en su historia personal donde surge que hay aspectos familiares ligados a esatemática. Su hermano tiene igual comportamiento; considera a su padre como “ausente” y a su madre como “metida”. Dice: “Me molesta que me den indicaciones”. El trabajo deriva en focalizar un aspecto infantil-adolescente desde el cual espera y necesita una puesta de límites. Aguarda aún la presencia de un padre (ley del padre) que muchas veces es proyectada en figuras de autoridad (su jefe). Necesidad y molestia. Ambivalencia ante el deseo de la ley y rechazo de la misma.
Como Coach: se indaga en sus juicios, explicaciones y modos de interpretar el mundo intentando acortar brechas y diseñando futuro con compromisos de acción.
Caso 2:
Se trata de una persona que en su actividad laboral debe interactuar atendiendo público. Plantea tener dificultades con los adolescentes, a quienes “no soporto”, dice.
Como psicoterapeuta: se investigaría qué aspectos personales de su propia adolescencia se movilizan así como circunstancias de su situación actual. Por ejemplo, envidia y rivalidad.
Como coach: de la conversación surge que necesita y gusta de su trabajo. Es reconocido en su tarea y no tiene brecha por ese lado. La sesión se orienta en asumir responsabilidad ante el desafío y definir acciones que posibilitarán su accionar efectivo. Por ejemplo, mantener conversaciones, realizar pedidos efectivos y delegar la atención de jóvenes en otras personas del equipo.
Coaching y psicoterapia se constituyen como procesos conversacionales. Operan en el lenguaje, en la corporalidad y la emocionalidad. No se trata de definir si una es mejor que otra, sino de honrar la teoría y la práctica de cada una en sus áreas específicas de competencia y –por sobre todo– respetando la persona y los deseos en la demanda del cliente.
Diferencias entre el coach y el psicólogo
- Objetivo: La psicología está centrada en las personas. Sin embargo, el coaching, en la mayoría de los casos, está centrado en alcanzar objetivos.
- Trastornos mentales: La psicología está indicada para el tratamiento de trastornos mentales y otro tipo de problemas psicológicos mientras que el coaching no se dedica a esto.
- Terapia: El coaching no puede ser considerado terapia.
- El coaching se centra en el futuro. En la psicología se pueden analizar también aspectos del pasado.
Sea cual sea el tipo de profesional que selecciones, te recomendamos que siempre te asegures de que tiene los estudios pertinentes para poder ejercer la profesión. Debido a que está muy de moda, en los últimos tiempos hay muy intrusismo en el mundo del coaching. Es decir, personas sin formación ninguna manifiestan ser coaches y ejercen como tales.